ante los estupidos desatinos de algunos lideres

ante la cuestion terrorista hay que partir de una premisa: siempre y de algun modo es el Estado el que sale beneficiado, el unico que usufructa las consecuencias de cualquier acto terrorista son los Estados, que ven siempre consolidada su fuerza y encuentran el modo natural de simplificar el discurso politico, haciendo inutil cualquier programa concreto de demandas sociales, economicas, culturales y politicas que son planteadas una y otra vez por los sectores populares mas avanzados y radicalizados, ya sea por la situacion de deterioro constante a que estan sometidos, ya sea por su lucida percepcion del camino a seguir para poner freno a los desmanes de los GRANDES PODERES ECONOMICOS.

EL TERRORISMO, hoy mas que nunca redunda una y otra vez en el fortalecimiento del APARATO DE ESTADO, por ello no es dificil pensar que en el, y en todo lo que le rodea converge una y otra vez ese mismo aparato de estado, haciendo posible la realizacion de atentados o llevandolos acabo directamente por nedio de organizaciones ficticias, alimentadas por personas heridas por la impotencia ante los desmanes de los PODEROSOS.

ASI nos explicaremos con cierata claridad el que haya tantos gobernantes y lideres y politicos en general que pongan miles de trabas a cualquier intento de poner fin, en situaciones determinadas, al fenomeno terrorista, que indudablemente presenta rasgos, caracteristicas y origenes bien diversos.

Tenemos que acudir a los italianos, concretamente a los dirigentes e intelectuales que formaron parte del MOVIMIENTO TERRORISTA-INSURGENTE, en Italia en los años conocidos como los AÑOS DE PLOMO.